¿Por qué es importante ahorrar energía?
En pocas palabras, la eficiencia energética consiste en utilizar menos energía para hacer el mismo trabajo y, de paso, evitar facturas energéticas elevadas y una contaminación innecesaria. Muchos productos, hogares, edificios comerciales e instalaciones industriales consumen mucha más energía de la necesaria. Por ejemplo, las bombillas de bajo consumo certificadas por ENERGY STAR utilizan entre un 70 y un 90% menos de energía que las bombillas incandescentes para realizar la misma tarea: iluminar una habitación.
En general, por energía limpia se entiende la generada a partir de fuentes de energía renovables que no emiten emisiones a la atmósfera o lo hacen de forma insignificante -la energía solar y la eólica, por ejemplo-, así como la generación limpia distribuida, como la cogeneración de calor y electricidad.
Como el precio de la energía eólica y solar sigue bajando, cada vez más gente compra energía renovable. Muchas empresas también están instalando energías renovables y cogeneración en sus edificios para ahorrar dinero, reducir su impacto ambiental y controlar mejor su consumo energético.
¿Cuál es el resultado de ahorrar energía?
Reducir el consumo de energía reduce la demanda de combustibles fósiles y, a su vez, disminuye los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. El cambio climático provoca olas de calor, sequías, un aumento del nivel del mar, pautas meteorológicas anómalas y una mayor probabilidad de catástrofes naturales.
¿Cuáles son las consecuencias de no ahorrar energía?
Los problemas medioambientales directamente relacionados con la producción y el consumo de energía incluyen la contaminación atmosférica, el cambio climático, la contaminación del agua, la contaminación térmica y la eliminación de residuos sólidos.
¿Qué efectos tiene ahorrar energía en casa?
Eficiencia energética significa utilizar menos energía, lo que significa necesitar menos generación de electricidad, lo que significa emitir menos CO2 y otros contaminantes. Independientemente de los métodos utilizados por los propietarios para hacer sus casas más eficientes, cualquier reducción en el consumo de energía reduce directamente las emisiones de carbono relacionadas con la energía de una casa.
Beneficios económicos de la eficiencia energética
Mucha gente sabe que los LED son estupendos porque consumen mucha menos energía que las bombillas incandescentes tradicionales y les ahorrarán dinero en la factura de la luz. Quizá también sepan que ahorrar energía reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y beneficiará al medio ambiente. Pero, ¿cuántas personas saben que al cambiar sus bombillas también están ayudando a crear una red eléctrica más eficiente que puede reducir los precios de la electricidad para todos? ¿Cuánta gente sabe que una mayor eficiencia energética evitará ataques de asma, muertes prematuras y ahorrará miles de millones en costes sanitarios? ¿Y cuánta gente sabe que el gasto en eficiencia energética es un gran creador de empleo y supone un impulso para el desarrollo económico local? Basándome en los recientes argumentos políticos nacionales, diría que no los suficientes.
El aumento de la eficiencia energética en Estados Unidos ha tenido un impacto mucho mayor de lo que la mayoría cree, y proporciona una amplia variedad de beneficios más allá de los que se suelen medir o celebrar. En las décadas transcurridas desde los años setenta, cuando el DOE empezó a crear normas energéticas para equipos y electrodomésticos, la eficiencia energética se ha convertido en el tercer recurso eléctrico del país, aportando más a la red que la energía nuclear, y sin ella necesitaríamos otras 313 grandes centrales eléctricas para satisfacer nuestras necesidades energéticas. Y nuestros esfuerzos han tenido bastante éxito a la hora de frenar nuestro creciente apetito energético. Desde 2000, el PIB ha crecido alrededor de un 30%, pero gracias, en parte, al aumento de la eficiencia energética, el consumo total de energía se ha mantenido prácticamente plano.
Ventajas e inconvenientes del ahorro de energía
Los problemas energéticos y medioambientales están estrechamente relacionados, ya que es casi imposible producir, transportar o consumir energía sin un impacto medioambiental significativo. Los problemas medioambientales directamente relacionados con la producción y el consumo de energía incluyen la contaminación atmosférica, el cambio climático, la contaminación del agua, la contaminación térmica y la eliminación de residuos sólidos. La emisión de contaminantes atmosféricos procedentes de la combustión de combustibles fósiles es la principal causa de la contaminación atmosférica urbana. La quema de combustibles fósiles es también el principal contribuyente a la emisión de gases de efecto invernadero. El uso de la energía conlleva diversos problemas de contaminación del agua. Uno de ellos son los vertidos de petróleo. En todas las operaciones de manipulación de petróleo, existe una probabilidad finita de derramar petróleo en la tierra o en una masa de agua. La minería del carbón también puede contaminar el agua. Los cambios en el flujo de las aguas subterráneas producidos por las operaciones mineras a menudo ponen en contacto aguas que de otro modo no estarían contaminadas con ciertos materiales minerales que se lixivian del suelo y producen un drenaje ácido de la mina. Los residuos sólidos son también un subproducto de algunas formas de utilización de la energía. La minería del carbón requiere la extracción de grandes cantidades de tierra y carbón.
Uso y conservación de la energía
Existen numerosos consejos para ahorrar energía en casa, desde pequeños hábitos en la vida cotidiana hasta grandes inversiones que no sólo ayudan al medio ambiente, sino que también reducen la factura energética. ¿Cuáles son algunos de los consejos más sencillos para reducir el consumo de energía en casa?
Hemos pedido a 20 profesionales del sector de las energías limpias que nos cuenten sus consejos y opiniones sobre cómo podemos ahorrar energía en casa, ya sea cambiándonos a fuentes de energía renovables o a electrodomésticos de bajo consumo.
Un hábito básico a desarrollar y fomentar es asegurarse de apagar siempre las luces al salir de una habitación. Recuérdatelo hasta que adquieras el hábito de hacerlo inconscientemente. Puede ahorrar una buena parte de sus gastos mensuales de electricidad haciendo algo tan sencillo como esto con regularidad.
Las secadoras y los frigoríficos son dos de los electrodomésticos que más energía consumen en una casa, y sustituirlos por modelos más eficientes puede reducir el consumo eléctrico a la mitad, disminuyendo así la factura de la luz. Instalar bombas de calor es otra idea para reducir el consumo eléctrico. En general, el mantenimiento y la sustitución de los electrodomésticos cada pocos años hará que tengan menos peso en su consumo de electricidad.