Qué es la eficiencia energética en los edificios
La conservación de la energía es el esfuerzo por reducir el consumo derrochador de energía utilizando menos servicios energéticos. Esto puede hacerse utilizando la energía de forma más eficaz (usando menos energía para un servicio continuo) o cambiando el comportamiento de cada uno para usar menos servicios (por ejemplo, conduciendo menos). La conservación de la energía puede lograrse mediante la eficiencia energética, que tiene una serie de ventajas, como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, una menor huella de carbono y el ahorro de costes, agua y energía.
La conservación de la energía es un factor esencial en el diseño y la construcción de edificios. Su importancia ha aumentado desde la década de 1970, ya que el 40% del consumo de energía en EE.UU. corresponde a los edificios[1] Recientemente, la preocupación por los efectos del cambio climático y el calentamiento global ha acentuado la importancia de la conservación de la energía.
La energía sólo puede transformarse de una forma a otra, como cuando la energía térmica se convierte en fuerza motriz de un vehículo o cuando la energía cinética del flujo de agua se convierte en electricidad en la energía hidroeléctrica. Sin embargo, para transformar la energía de una forma a otra se necesitan máquinas. El desgaste y la fricción de los componentes de esta máquina durante su funcionamiento provocan pérdidas de cantidades muy elevadas de energía y costes muy altos relacionados. Es posible minimizar estas pérdidas adoptando prácticas de ingeniería ecológica para mejorar el ciclo de vida de los componentes.
¿Por qué necesitamos ahorrar energía?
Ahorrar energía reduce la contaminación del aire y el agua y conserva los recursos naturales, lo que a su vez crea un entorno vital más saludable para las personas de todo el mundo. Al mismo tiempo, la eficiencia también ahorra dinero y crea empleo.
¿Por qué debemos ahorrar energía?
Un menor consumo beneficia al medio ambiente y protege la fauna. Disminuye la contaminación atmosférica directa de la maquinaria, los vehículos y las centrales eléctricas. La conservación también reduce el número de proyectos de extracción perjudiciales y los vertidos relacionados. La minería del carbón y los accidentes nucleares han causado graves daños al medio ambiente.
Significado de eficiencia energética
La reducción del uso de combustibles fósiles se traduce en un aire, un agua y una tierra más limpios, todo lo cual afecta directamente a la salud humana, especialmente a la de las comunidades marginadas y a la de las personas con enfermedades agravadas por la contaminación.
Los esfuerzos de descarbonización industrial del IEDO se dirigen a eliminar progresivamente las emisiones atmosféricas de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes de todos los aspectos de la industria, en apoyo del plan de la administración Biden-Harris para lograr emisiones netas de carbono cero en 2050.
La EERE y otras organizaciones e instituciones ofrecen becas en todo el país -desde Washington D.C. a Dayton (Ohio), pasando por Golden (Colorado)- tanto a estudiantes como a profesores.
Cómo ahorrar energía
Intensidad energética de las economías (1990 a 2015): La intensidad energética es una indicación de cuánta energía se utiliza para producir una unidad de producto económico. Un índice más bajo indica que se utiliza menos energía para producir una unidad de producto[1].
El uso eficiente de la energía, a veces denominado simplemente eficiencia energética, es el proceso de reducir la cantidad de energía necesaria para proporcionar productos y servicios. Por ejemplo, aislar un edificio le permite utilizar menos energía de calefacción y refrigeración para alcanzar y mantener un confort térmico. Instalar bombillas de diodos emisores de luz, iluminación fluorescente o ventanas con claraboyas naturales reduce la cantidad de energía necesaria para alcanzar el mismo nivel de iluminación en comparación con el uso de bombillas incandescentes tradicionales. Las mejoras de la eficiencia energética se consiguen generalmente adoptando una tecnología o un proceso de producción más eficientes[2] o aplicando métodos comúnmente aceptados para reducir las pérdidas de energía.
Hay muchas motivaciones para mejorar la eficiencia energética. Disminuir el uso de la energía reduce los costes energéticos y puede suponer un ahorro económico para los consumidores si el ahorro de energía compensa los costes adicionales de implantar una tecnología eficiente desde el punto de vista energético. Reducir el uso de la energía también se considera una solución al problema de minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero. La mejora de la eficiencia energética en los edificios, los procesos industriales y el transporte podría reducir en un tercio las necesidades energéticas mundiales en 2050 y contribuir a reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero[3]. Otra solución importante es eliminar las subvenciones a la energía impulsadas por los gobiernos, que promueven un alto consumo energético y un uso ineficiente de la energía en más de la mitad de los países del mundo[4].
Estrella energética
La eficiencia energética significa simplemente utilizar menos energía para realizar la misma tarea, es decir, eliminar el derroche de energía. La eficiencia energética aporta una serie de beneficios: reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, disminuye la demanda de importaciones de energía y reduce nuestros costes a nivel doméstico y económico. Aunque las tecnologías de energías renovables también contribuyen a alcanzar estos objetivos, la mejora de la eficiencia energética es la forma más barata -y a menudo la más inmediata- de reducir el uso de combustibles fósiles. Existen enormes oportunidades de mejora de la eficiencia en todos los sectores de la economía, ya sean los edificios, el transporte, la industria o la generación de energía.
Los diseñadores de edificios buscan optimizar la eficiencia de los edificios e incorporar después tecnologías de energías renovables, lo que conduce a la creación de edificios de energía cero. También pueden introducirse cambios en los edificios existentes para reducir el consumo y los costes energéticos. Puede tratarse de pequeños pasos, como la elección de bombillas LED y electrodomésticos de bajo consumo, o de esfuerzos mayores, como la mejora del aislamiento y la climatización.